sábado, 3 de noviembre de 2012

lo frágil.


Él ya había oído hablar sobre lo frágil.

Presuponía la grieta como frontera
entre lo que somos capaces de hacer 
y lo que nunca habríamos hecho.

Podía soportar el peso de la duda 
enredado en el metal de los tobillos.

Él, era cauto por naturaleza,
y a veces imaginaba el filo y el gesto del error.
Lo pronunciaba en voz baja para no olvidarlo.

"Calcular el daño es el gesto más cobarde
porque nunca hay suficiente valor para 
imaginar el tamaño de la herida."

Se lo habían dicho.

Así que medía la distancia entre la palabra y el hecho.

Contemplaba toda la gama de sonidos huecos 
y colores sucios que creía ver 
entre el deseo y las consecuencias.

Ni siquiera la noche podría tragarse
la ruta de escape que había marcado
por si acaso.

Él había oído hablar sobre lo frágil.

Donde los demás se habían equivocado,
Él sabría dar el salto.

Lo que nadie le dijo nunca,
hasta el momento final,
es que ya se nace 
con el peso de los errores en los huesos,



de los ya acontecidos




y de los aún por cometer...